Hace ya algunos años que el mes de octubre se había convertido en un mes de espera para los peruanos. Mario Vargas Llosa, sin duda nuestro más importante escritor junto a César Vallejo, era un reincidente candidato al Premio Nobel de literatura y año tras año veíamos también como se le negaba un reconocimiento que desde hace mucho ya se merecía.
Hoy fue diferente. Temprano nos levantamos con la noticia de que la Academia Sueca había otorgado el Nobel de literatura al creador, entre muchos otros entrañables personajes, de Zavalita, Pantaleón, Don Anselmo y Pichulita Cuéllar, protagonistas de Conversación en La Catedral, Pantaleón y las visitadoras, La Casa Verde y Los Cachorros, respectivamente.
El anuncio, como ya nos tiene acostumbrado la Academia Sueca, apenas si explica las razones por la cuales le es otorgado el máximo galardón y reconocimiento literario, según lo dicho el Premio le es conferido por “la cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, las rebeliones y la derrota" que hay en sus obras, algo que probablemente ni el mismo relator sepa lo que quiere decir.
Lo cierto es que este premio es el reconocimiento a una obra sostenida en el tiempo, literalmente tejida con una maestría técnica propia de quien desde pequeño se propuso ser un cultor de la palabra y de quien ha colmado de imágenes y sucesos la mente y la conciencia estética de sus lectores.
Leer nunca será una obligación (como lo escribió alguna vez Julio Cortázar, uno de los grandes negados por la Academia Sueca junto con su compatriota Jorge Luis Borges y el inmenso escritor ruso León Tolstoi) y menos lo es leer a Vargas Llosa; pero pienso que del mismo modo como hoy vamos a restaurantes a gozar de nuestra gastronomía y nuestra cultura culinaria, éste es un inmejorable momento para plantearnos la tarea de subir el índice de lectura en el país donde hasta hace unos años leíamos sólo medio libro al año, e inmejorable también para elevar nuestras competencias en lectura y en comprensión de lo que leemos.
Hoy 7 de octubre es un día de júbilo para las letras peruanas y para la literatura escrita en español. Un día de celebración para todos los peruanos que comenzamos a acostumbrarnos a las buenas noticias y que debemos festejar este premio que enaltece la obra de Mario Vargas Llosa y que también quizá enaltezca la obra de César Vallejo, que aquí en el Perú corrió la misma suerte de los escritores a quienes se les negó en su momento el reconocimiento. Pero me pregunto si no será un día para que todos los peruanos nos pongamos de acuerdo y perennicemos esta fecha declarándola el Día Nacional del Libro o, mejor aún: Día Nacional de la Lectura.
¡Enhorabuena por Mario Vargas Llosa y por el Perú!
* La fotografía de Mario Vargas Llosa, ha sido tomada de http://www.muladarnews.com/
Me gustó leer su apreciación.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que usted dice.
Saludos,
Lorena P.